Referentes

05.10.2015

En varias ocasiones he escrito que necesito la Arquitectura para sobrevivir al ejercicio profesional como arquitecto. Los maestros, sus ideas y sus obras siempre están presentes y sin embargo ​son como sueños que ​chocan con la realidad.

Supongo que es más fácil pensar que ellos no tenían los problemas que sufrimos en la actualidad, cosa que cualquier estudio​ cuidadoso​ desmentiría​ fácilmente. Estamos acostumbrados a ver el resultado y no el proceso. Cada proyecto tiene una historia detrás, muchas veces enrevesada y llena de contradicciones, digna de estudiar en la Universidad. Nos daría una imagen más completa del proceso arquitectónico.

Vivimos inmersos en un término llamado "inseguridad jurídica". Actualmente en España hay en vigor unas 100.000 leyes de las cuales 67.000 son de ámbito autonómico (1). Por poner un ejemplo, en Canarias el sector del turismo (2) está regulado por leyes del año 1985, 1995, 2009, 2013, 2015, decretos​ de estándares​ del 2001 y 2010 y​ un​ reglamento ​de renovación ​del 2015, de manera que​ muchos no tienen una redacción completamente en vigor y hay que ir saltando de uno a otro para poder sacar conclusiones. Más llamativo puede ser la aprobación de la norma del alquiler vacacional turístico y su suspensión tres meses después, por los mismos partidos políticos que la aprobaron. Solo de escuchar estos últimos días que se piensa modificar la Ley del Suelo autonómica me echo a temblar.

En general se legisla más rápido que la adaptación de los instrumentos de planeamiento a esas leyes y tenemos textos variopintos que regulan las mismas áreas. No hay estabilidad legislativa y muchas veces la normativa "es compleja, caótica, contradictoria y absurda. Y, naturalmente, incumplible" (3).

Este escenario de incertidumbre es donde desarrollamos los proyectos. Tanto vaivén es caldo de cultivo de errores, discrepancias, interpretaciones dispares, peregrinajes semanales a las administraciones y retrasos de tramitación. Se genera miedo. Miedo a firmar cualquier ​papel​ porque en cualquier momento puede estar no ajustado a la ley​.

Los técnicos de la administración​ ya no interpretan las leyes, sino que​ andan con pies de plomo incluso en las peticiones más banales y les entiendo.

Los proyectistas rezamos para que no se nos haya quedado en el tintero algún apéndice o disposición adicional que eche abajo ​el trabajo y nos tienen que entender.

Por eso​ a menudo​ vuelvo la mirada a las grandes ideas y a las personas que soñaron con mejorar la vida de los demás a pesar ​de los impedimentos kafkianos de las normas y procedimientos. Visiones utópicas que se podían casi alcanzar y que se fueron escapando como arena de playa entre los dedos, pero que marcaron la historia de los habitantes de esta isla.

Mirar, leer y hablar de Arquitectura para después bajar al ruedo a pelear por ella.


Jesús A. Izquierdo

Arquitecto

(Texto para la Semana de la Arquitectura 2015 de la Demarcación de Lanzarote del COiAC)